
(Peter Pan de Rojo Escarlata, Geraldine McCaughrean)
El valor lo es todo, dijo Peter Pan. El valor lo es todo... pero ¿qué valor? ¿Un valor de fachada? ¿Un valor de escaparate? ¿Un valor de juguete?
No, el verdadero valor es que reside en el corazón, el que sale del interior y nunca tiene interés en cosas materiales. El verdadero valor es la fuerza que nos ayuda a perseguir nuestros sueños, o si esto nos parece muy grande, es lo que nos ayuda a declararnos a esa persona que nos gusta, a dar el paso y hacer algo por los demás. No es el valor de presumir, o decir: " yo soy el más valiente, yo puedo hacerlo todo, yo, yo, yo yo,....".
El verdadero valor es lo que nos hace seguir, eso no lo podemos olvidar, porque es lo que reside en el fondo del corazón, que sale cuando menos nos lo esperanos, cuando de verdad lo necesitamos, aunque sea solo para poder pasar un examen, para sonreirle a esa persona, para salvar a tus amigos de unos malvador piratas... para lo que sea.
Es algo que nosotros no podemos controlar, ya que todos lo tenemos. Hasta la persona más cobarde en el fondo sabe que si se lo propone puede ser la más valiente.
Pues que algunas veces sea mejor ser un cobarde vivo que ser un valiente muerto, pero no siempre hay que hacerse el valiente. La época en la que los soldados luchaban con fuerza y valor ya ha pasado, por lo menos de fachada. Porque ahora los soldados somos nosotros, y la guerra es la vida del día a día. Puede que los conflictos armados también se llamen guerra. Pero la verdadera guerra es la vida. El levantarse cada día ya es un acto de valor que nos hace seguir hacia delante, aunque nos espere la pasarela para saltar del barco del Capitán James Garfio.
Gaya Earendil
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